LA VIEJA ESTACIÓN DE GUIMORCONDO

Hay lugares que ya no “sirven” para nada… y, sin embargo, siguen funcionando dentro de la gente: como bisagras del recuerdo. Este poema hace justo eso: abre una puerta a una estación antigua y nos deja mirar dentro del vagón, con sus olores, sus objetos y su contraste social.

Antigua estación De un pasado añejo Sola en la memoria De unos pocos viejos Tuviste la gloria De antiguos viajeros De pueblos anejos Vagón de tercera Trenes de madera Sin puertas ni espejos Cestas con gallinas Talegos de harina Legumbres de Gredos Botellas de aceite estraperlo al uso Y miedo en sus mentes Tan solo en primera Viajaban algunos Pudientes burgueses Comerciantes, gentes De relo en chaleco vagón de primera, Sillones de tela, Señoras o amantes Collares, brillantes, Vestidos de seda, Camisas azules Escudos de gules Bordados en rojo El yugo y las flechas Terror de los rojos Y ante aquel contraste De pobres y ricos, En las navidades Se oían villancicos De algunos chavales Cencerro y zambomba Pastores, arrieros De abarcas y gorro Que no colegiales.. Mientras los señores Fumaban habanos, Y si eran señoras De labios pintados, Rosario en la mano Faldas al tobillo Alianzas y anillos De aires provincianos Guimorcondo.!!.Ávila!! Clama un revisor Con una campana Chaqueta en azul Gorra laureada Pantalón de pana.. Parada obligada Pa los pueblerinos De boina calada.. Bajan del vagon Con olor a vino Vuelven de las Navas... Mientras en primera Se ven las maletas De cuero y chinchetas Bolsos de viaje Brillantes carteras Un señor de abrigo sombrero de raso Con un maletín Va abriéndose paso Viene de Madrid Poca ya es la espera El fin del trayecto Piensa circunspecto: En Ávila, al fin!! Atrás queda el rombo De aquella estación Se pierde a lo lejos Era Guimorcondo Que queda en el hondo Desde la Cañada Otrora parada De gentes humildes Ahora olvido y linde Herrumbre y salitre De otros tiempos grises Pero que unos llevan En el corazón.....

#autorJoseLuisIbarzabal