Cómo “podar” un cuento en 4 pasos

A veces escribir es quitar. Comparto mi método de “poda” para que el texto respire sin perder temperatura.

1) Tajar adverbios y muletillas Empiezar por lo visible: “muy”, “realmente”, “bastante”, “de alguna manera”. Si al retirarlos la frase sigue diciendo lo mismo, se quedan fuera. Si pierde precisión, podemos intentar cambiarel adverbio por un verbo más fuerte.

2) Sustituir verbos flojos “Ser/estar/haber/hacer” suelen esconder la acción. Buscar una alternativa concreta:

3) Afinar sustantivos y detalles Un detalle exacto vale por tres generales. “Un pájaro” no es lo mismo que “una urraca con la bisagra del pico abierta”. Quitar adjetivos redundantes cuando el sustantivo ya los contiene (una “una urraca negra con....”).

4) Ritmo y aire de página Leer en voz alta. Si te quedas sin aire, intentar cortar. Si la cadencia pide un golpe, partir la frase. Revisar signos: a veces una coma resuelve lo que se intenta explicar con varias palabras.

Al final comparar el párrafo original con el podado: si el nuevo late más, he acertado.

Pequeña prueba Toma un párrafo y aplícale los cuatro pasos. ¿Qué imagen queda en la cabeza? Si es más nítida, la poda funcionó.

— Si te sirve, compártelo o cuéntame qué paso te cambia más el texto. Más relatos y proceso: @juanmaescribe. (X y BlueSky) Volver a Empezar aquí/empezar-aqui

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