Juanma escribe

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Un buen título no nombra: hace trabajo. Abre atmósfera, promete conflicto o instala una imagen que sigue resonando después del texto.

Lo que hace un buen título

  • Focaliza: señala el ángulo, no el tema genérico.
  • Activa: da una pista de movimiento (“persiana que cede”, “llave que tiembla”).
  • Densifica: condensa una relación oculta (objeto ↔ emoción, lugar ↔ gesto).
  • Respira: deja hueco al lector (evita explicar la trama).

6 estrategias rápidas

  1. Objeto + cualidad inesperada
    “La llave en el congelador” → objeto cotidiano, contexto raro.
  2. Lugar + tiempo preciso
    “Andén 6 a las 19:03” → foco y tensión.
  3. Acción mínima
    “Alguien apaga la ventana” → verbo que desplaza el sentido.
  4. Contradicción contenida
    “Manual de despedidas breves” → ironía suave que abre tono.
  5. Metonimia (parte por el todo)
    “La bisagra del café” → detalle que representa una escena.
  6. Sintagma sonoro (ritmo/aliteración)
    “Persiana, polvo, paciencia” → cadencia que engancha.

Cómo probar un título (test de 90 segundos)

  1. Quita cualquier palabra que podría estar en un informe (generalidades).
  2. Cambia sustantivo genérico por detalle exacto.
  3. Sustituye adjetivo débil por verbo preciso (si cabe).
  4. Lee en voz alta: ¿tiene ritmo? ¿se pega?
  5. Cierra los ojos: ¿qué imagen deja? Si no ves nada, vuelve al paso 2.

Errores comunes

  • Explicarlo todo (“El día que entendí a mi padre”). Mejor sugerir: “El abrigo de agosto”.
  • Tópico literal (“Amor y pérdida”). Busca el objeto de ese amor/pérdida.
  • Exceso de ingenio: si el juego ahoga el cuento, el título manda demasiado.

Micro–ejercicios (3 minutos)

  • Reescribe el título de tu último texto con objeto + cualidad.
  • Haz una lista de 10 sin juzgar; elige el que mejor respire con el tono.
  • Pon el título antes de escribir y después: compara qué lectura propone cada uno.

Checklist final (para mí) – ¿Abre una puerta de lectura clara?
– ¿Deja aire a la interpretación?
– ¿Tiene música propia? (ritmo, acento)
– ¿Podría funcionar como última frase? (si sí, suele ser buen signo)

Si te sirvió, compártelo o deja en comentarios un ejemplo de título que trabaje (tuyo o ajeno) y por qué.

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A veces escribir es quitar. Comparto mi método de “poda” para que el texto respire sin perder temperatura.

1) Tajar adverbios y muletillas Empiezar por lo visible: “muy”, “realmente”, “bastante”, “de alguna manera”. Si al retirarlos la frase sigue diciendo lo mismo, se quedan fuera. Si pierde precisión, podemos intentar cambiarel adverbio por un verbo más fuerte.

2) Sustituir verbos flojos “Ser/estar/haber/hacer” suelen esconder la acción. Buscar una alternativa concreta:

  • “Había ruido” → “Retumbó el andén”.
  • “Estaba cansado” → “Se derrumbó en el banco”. ¡Cuidado! Se puede caer en un dramatismo exagerado.

3) Afinar sustantivos y detalles Un detalle exacto vale por tres generales. “Un pájaro” no es lo mismo que “una urraca con la bisagra del pico abierta”. Quitar adjetivos redundantes cuando el sustantivo ya los contiene (una “una urraca negra con....”).

4) Ritmo y aire de página Leer en voz alta. Si te quedas sin aire, intentar cortar. Si la cadencia pide un golpe, partir la frase. Revisar signos: a veces una coma resuelve lo que se intenta explicar con varias palabras.

Al final comparar el párrafo original con el podado: si el nuevo late más, he acertado.

Pequeña prueba Toma un párrafo y aplícale los cuatro pasos. ¿Qué imagen queda en la cabeza? Si es más nítida, la poda funcionó.

— Si te sirve, compártelo o cuéntame qué paso te cambia más el texto. Más relatos y proceso: @juanmaescribe. (X y BlueSky) Volver a Empezar aquí/empezar-aqui

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